La práctica del botellón continúa sin extinguirse. Los vecinos de la Plaza de la Merced temen que se vuelvan a producir concentraciones masivas de gente bebiendo en la calle, ya no en la plaza, sino en los alrededores, porque en los últimos meses han notado como en ciertas calles aledañas ha crecido la afluencia de jóvenes que van sus bolsas llenas de alcohol, listas para consumir.

Algunos laterales de la Plaza de la Merced y las calles aledañas más cercanas a los bares de copas son las zonas que preocupan a los vecinos. Toda la esquina desde la plaza hacia la calle Madre de Dios, la calle Álamos y San Juan de Letrán en su parte más cercana al Teatro Cervantes. «Tememos que se convierta en una norma y que el botellón vuelva otra vez», comenta María Teresa Repiso, de la Asociación de Vecinos Centro-Plaza de la Merced. Porque no se trata sólo de jóvenes con bolsas sino que se suman los que beben de los bares en plena calle, aunque esto también está prohibido. Repiso comenta cómo al poner la bebida más barata consiguen atraer a jóvenes y son precisamente «los bares que tienen el cartel de prohibido sacar bebidas fuera los que más gente con vasos tienen en sus puertas», concreta.

María José Soria, la presidenta de la Asociación del Centro Histórico, explica que realmente el botellón siempre ha estado en la zona. «Se marchó de la Plaza de la Merced, pero no de los aledaños», explica. Y entre las calles en las que han aumentado estas concentraciones de personas bebiendo señala la calle Madre de Dios como el ejemplo más significativo. Por eso habla de la importancia de la labor disuasoria de la Policía, para «acabar con los grupos pequeños que se esparcen».

Los datos registrados por la Policía Local experimentan un descenso en las sanciones desde 2011. Ese año se llegaron a alcanzar las 3.946 denuncias por beber en la calle, una cifra que se rebaja hasta las 2.842 que se registraron hasta mediados de octubre de este año. Esto para el conjunto de la capital, en el centro histórico esta bajada es menos significativa, al concentrar 1.400 sanciones el pasado año, por las 1.158 que han interpuesto los agentes hasta octubre de 2012. Fuentes de la Policía Local explican que las cifras están bajando, porque son menos las personas que se arriesgan a hacer botellón por el miedo a la denuncia, pero que aún así se sigue actuando. Además, los datos que manejan también incluyen a las personas a las que se sorprende en la calle con bebidas de un bar, lo que no se considera estrictamente botellón. En este sentido, los bares también están siendo denunciados por permitir beber en el entorno.

«Jóvenes que intentan hacer botellón los hay y los seguimos sancionando». El concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Málaga, Julio Andrade, se muestra contundente al hablar de las concentraciones de jóvenes en la calle para beber alcohol y cómo se intentan atajar porque «ni se permite el botellón ni se permite beber fuera de las terrazas de los bares». «Nosotros no hemos bajado la guardia», concluye Andrade. Aún así, el concejal de seguridad asegura que el botellón es una «conducta social» que no se erradica únicamente con actuaciones policiales, sino concienciando a los jóvenes de lo peligroso que es el consumo de alcohol y de las molestias que estas aglomeraciones pueden causar a los vecinos.

Fuente: MálagaHoy.es