No hace tanto —poco más de diez años— que en descargar una sola canción de internet se tardaba la friolera de un cuarto de hora y cargar por completo una web unos dos minutos. Eso si el viejo módem de 56K de sonido estridente no nos jugaba una mala pasada.Hoy la mayoría de los hogares españoles y europeos se conectan a internet a velocidades de unos diez megas por segundo. Pero a veces con el ADSL la experiencia sigue siendo frustrante: es difícil ver vídeos de Youtube del tirón y jugar en red sin sobresaltos en la imagen. El incipientedespliegue de la red móvil de cuarta generación (4G) supone la llegada a España del internet ultrarrápido, que permite navegar por internet más rápido en el móvil o la tableta que en el ordenador de sobremesa o el portátil.

La tecnología LTE (Long Term Evolution, o 4G) permite alcanzar velocidades medias de descarga de entre 30 y 60 megabits por segundo, y puntas, cuando la red no está sobrecargada, de 150 megas. Es decir, estas redes son diez veces más veloces que el actual 3G, e incluso más que la banda ancha fija ADSL. De hecho, el cambio se puede equiparar al salto entre ese ADSL y la fibra óptica de hasta 100 megas.

Esa velocidad reduce al mínimo un concepto fundamental en internet: la latencia, el tiempo de espera entre que el usuario da una orden y recibe todos los datos. Lo comprobamos con la red 4G de Vodafone, la primera en desplegarse en España, el pasado 29 de mayo en Barcelona, Bilbao, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca, Sevilla y Valencia.

Conducimos por pleno paseo de la Castellana, zona a la que suponemos ya una buena cobertura, usando el «smartphone» como navegador para el coche. Las imágenes de Google Navigation cargan de forma fluida. A la altura del Santiago Bernabéu entramos en Youtube para recordar la reciente final de la Copa del Rey: podemos reproducir en «streaming» un vídeo de cuatro minutos que resume los goles del partido sin esperar a que termine de cargar, evitando los habituales parones. Subir un vídeo de 50 megas a esa plataforma se tarda unos diez segundos. Y al consultar la web de ABC esta se carga de forma instantánea.

La cobertura 4G de Vodafone es ahora del 55% al aire libre y del 25% en el interior de edificios, y se ampliará al 85% en exteriores y al 65% en interiores después de verano, según los planes de la compañía. Quizá por eso la cobertura es algo más débil bajo techo: valga de ejemplo que en un cuarto piso de una zona céntrica como la plaza de España de Madrid la señal alterna entre la de la red 3G y la LTE.

Mejorar esa cobertura está ahora en buena parte en manos del Gobierno. Los operadores de telefonía están a la espera de que este libere cuanto la banda baja de 800 Mhz, ahora ocupada por canales de la TDT y que es la que permite cubrir mayor terreno con un coste menor y una penetración más fácil en el interior de los edificios.

Dividendo digital

El Ministerio de Industria se comprometió a acelerar ese proceso, conocido como dividendo digital, y dejar libres esas frecuencias en enero de 2014, un año antes de lo previsto. La dificultad para abordarlo es elevada: hay que ejecutar una sentencia del Tribunal Supremo que obliga a retirar la concesión de canales a varias cadenas de televisión y se tendrá que realizar una segunda reantenización en 1,2 millones de hogares. Eso llevó al Ejecutivo a repensar sus planes, que finalmente ha decidido mantener, aunque ya avanzó que lo acometerá poco a poco, primero en unos territorios del país y luego en otros.

Por ahora, las tres compañías que ya han anunciado el inicio del servicio 4G lo prestan a través de frecuencias altas (1.800 Mhz y 2,6 Ghz), lo que dificulta su llegada a áreas rurales e interiores de edificios. Es como opera tanto Vodafone como Orange, que estrenó su nueva red el pasado 8 de julio en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga y Murcia, y Yoigo, que había sido la primera «teleco» en anunciar este despliegue y lanzó sus servicios el pasado viernes sólo en la Comunidad de Madrid. Telefónica, la única gran «teleco» que aún no ha concretado sus planes, está negociando compartir con Yoigo su red de fibra óptica para poder acceder a la 4G de la compañía sueca. Nadie quiere quedar atrás en el salto hacia el internet ultrarrápido y de bolsillo.

Fuente: ABC.es