Las nuevas tecnologías permiten que agricultores malagueños contacten con clientes para vender sus productos sin depender de los intermediarios, y con precios competitivos para ambos. Bajo este principio, y con el PTA como mercado principal (gracias al uso generalizado de Internet por parte de los empleados) en septiembre nace La huerta de Málaga, un proyecto piloto que impulsa la venta de productos agrícolas locales a través de Internet y con base en la tecnópolis, donde tiene su sede la nueva cooperativa. «Vemos que hay una problemática de los agricultores para la venta de sus productos, por los intermediarios; de ahí que la clave sea el contacto directo, on line, y sobre todo en el PTA, donde la gente está acostumbrada a usar las nuevas tecnologías. Hay una población muy grande de trabajadores y es muy fácil repartir, por lo que el coste logístico es menor». Así lo expone Álvaro Ruiz, director de la iniciativa, en la que ya se integran al menos una decena de productores locales. De momento, cuenta con una oficina, una nave, una furgoneta y una cámara de refrigeración, gracias a la financiación de la Junta, de la fundación Innoves y el apoyo de la asociación agraria Coag. Ruiz reconoce que de momento es una prueba, pero si funciona, la idea es exportarlo al parque de la Cartuja y a otros recintos de características similares en Andalucía.
En estos momentos la web ofrece patatas, cebollas, espárragos, ajos y legumbres de la Vega de Antequera; aceite de oliva de Cuevas del Becerro y frutas y verduras de cultivo ecológico de Sierra de Yeguas. Desde la Axarquía llegan los cultivos de la huerta: tomates, acelgas y calabacines; así como mangos, aguacates, patatas y batatas ecológicas. Desde Cortes de la Frontera, calabazas, setas y granadas; y desde Álora y Cómpeta, miel y cítricos. «Así tenemos producción de verano y de invierno», comenta.
En cuanto a los precios de venta, generalmente están por debajo de las grandes superficies, y además son más estables, ya que estos establecimientos hacen continuas ofertas gancho para atraer al público. «Los precios son razonables, no se trata de pegar pelotazos, sino de que revierta en beneficio del consumidor y del agricultor».
Clientes
En apenas dos meses de recorrido se han hecho con una cartera de unos cien clientes registrados en la web, que demandan productos habitualmente, con una compra media de unos diez euros. «La cosa está floja, aunque se ven brotes verdes; el boca a boca funciona, damos un buen producto y un servicio, porque le preparamos la cesta y se la llevamos a su puesto de trabajo, aunque también puede recogerlo en el local».
Aunque la prioridad la tienen los productos locales, Ruiz reconoce que tienen una gran demanda de frutas que no se cultivan aquí, como es el caso de los plátanos, para los que se están estableciendo contactos con pequeños productores de Coag en Canarias, «siempre directos del agricultor».
Fuente: DiarioSur.es