La libertad de horario en el Centro de Málaga aumentaría las ventas de los comercios entre un 3% y un 6%, según el estudio «El impacto económico de la liberalización de los horarios comerciales», realizado por un equipo del Instituto de Empresas y presentado ayer en Ámbito Cultural de El Corte Inglés.

Fernando Fernández Méndez de Andes, profesor de Economía del Instituto de Empresas y coordinador del estudio, afirmó que no hay argumentos económicos en contra de la liberalización y señaló que esta medida responde a un cambio en los hábitos de consumo. «Sólo un tercio de las familias responden al modelo tradicional, mientras que la incorporación de la mujer al mercado laboral obliga a muchas familias a concentrar las compras en los fines de semana o cuando salen del trabajo», aseguró Fernando Fernández.

El coordinador de este estudio insistió en que esta liberalización del horario «beneficiará a todos», en la medida que «contentará a la mayoría de los consumidores, aumentará las ventas y permitirá aumentar la recaudación tributaria». En este sentido, recalcó que incentivará la creación de empleo, en especial de contratos parciales de 10 a 15 horas, «que permitirán a muchos jóvenes adquirir suficiente experiencia para facilitar su inserción laboral».

Este profesor del Instituto de Empresa justificó los efectos positivos de la libertad comercial en las experiencias vividas en otras ciudades europeas, donde esta medida ha permitido «aumentar las ventas y el número de pequeños comercios». No obstante, reconoció que una gran parte de ese incremento de las ventas redundará en las grandes superficies y en pequeños comercios «más modernos, que hayan sabido responder a los cambios del consumidor».

Reiteró que «el comercio tradicional, familiar, está condenado a desaparecer si no se moderniza», circunstancia que Fernando Fernández no achaca a la liberalización del horario, sino a los cambios sociales «y al comercio online, que ya acapara el 25% de las compras».

Atractivo turístico. Uno de los elementos que avalan la libertad de horario comercial, a juicio del estudio del Instituto de Empresa, es la vocación turística de la ciudad. En su opinión, la creciente afluencia de visitantes a la ciudad justifica por sí sola esta apertura comercial, ya que «si un turista llega a Málaga y no puede hacer una compra porque el comercio está cerrado, esa venta se pierde para siempre».

El crecimiento del turismo de cruceros, en especial, con cerca de 700.000 turistas al año en Málaga, obliga a plantear la apertura en fines de semana y festivos, en opinión de Fernández Méndez de Andes, que señala que las compras también forman parte de la oferta de ocio de una ciudad.

Fuente: LaOpinióndeMálaga.es