Fuente: LaOpinióndeMálaga.es

Aparcar un vehículo en la ciudad de Málaga se ha convertido en una misión imposible. En general, la mayoría de los barrios están saturados, pero es sin duda el Centro Histórico y sus aledaños el gran reto para el ávido conductor. Antes, no hace tantos años, existían determinadas zonas de aparcamiento libre que posibilitaban en mayor o menor medida estacionar el coche. Ahora, los nuevos acerados, las reformas de calles, las peatonalizaciones y, sobre todo, la extensión y ampliación de la zona SARE hacen prácticamente improbable hallar una plaza libre.

Parece como si el Ayuntamiento de Málaga hubiese encontrado en un perdido almacén municipal una gran partida excedente de pintura azul. ¿Y qué hacer con ella? Invadir la ciudad de zona azul, SARE. Por toda Málaga si cabe.

Los sueldos adelgazan, las circunstancias aprietan y la administración una vez más en lugar de ayudar al ciudadano lo aprisiona. Para muchos el transporte público, por diversos motivos, no es una alternativa. ¿Qué hacen las decenas de personas que trabajan en el Centro? Malabarismos. Tirar de parking privados y públicos. En definitiva, gastar una ingente cantidad de dinero.

Además, muchos de los residentes de la zona de la Malagueta y los integrantes de los diferentes equipos deportivos que cada día tienen que acudir al Club Mediterráneo a entrenar se quejan por la nueva zona azul en estas calles. Jóvenes, muchos de ellos estudiantes, que compiten al más alto nivel y a los que su esfuerzo no les reporta ningún beneficio económico, al contrario. Ahora suman este nuevo escollo. El nuevo SARE ha provocado un aumento tal de motocicletas que éstas se están estacionando en la acera. Sería necesario revisar la medida e intentar ofrecer al menos algún espacio reglado para las motos.

Pero, ¿cuál es la solución que ha planteado el Consistorio a esta problemática global del Centro? Inundar la ciudad de aparcamientos públicos. Quizás la idea de forma general no sea mala al completo, pero el problema son los prohibitivos precios de éstos. Prueba de ello es que gran número de abonados han dejado su plaza en estos tiempos de crisis. Habría que rebajar los precios libres y de abonos porque ha llegado un momento en el que es mucho más económico un aparcamiento privado que uno público y esto va contra natura.

A por el aparcamiento. Precisamente en los aledaños del Ayuntamiento de Málaga, rodeado de zona azul, a partir de las 20.00 horas se presentan unos gorrillas no autorizados que ejercen cierta actitud de acoso al viandante que por allí pasea y más aún a la persona que va a sacar un coche a la que acompañan hasta el vehículo con una proximidad asfixiante.

No estaría de más que la Policía Local pusiera algo de orden en la zona y calmara los ánimos, ya que el otro día la molestia de diversos ciudadanos se visualizó e hizo palpable en plena vía pública.